DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS BASADOS EN IGUAL LIBERTAD

 

Esta Declaración de Derechos Humanos basados en Igual Libertad fue originalmente publicada en 1949 en la Conferencia Internacional celebrada en Swanwick, Derbyshire, Inglaterra, como un folleto titulado Principios y Política. En las siguientes Conferencias fue corregido por resolución y/o confirmado por la Reunión General de la Unión Internacional, posteriormente corregida y confirmada en la 23ª. Conferencia Internacional reunida en Edinburgo, Escocia, en julio 2001.

 

La Unión Internacional Pro Impuesto sobre el Valor de la Tierra y el Librecambio (Unión Internacional Georgista) declara que:

 

Las condiciones económicas, políticas y, en consecuencia, las intelectuales y morales de cualquier pueblo están finalmente determinadas por el sistema de tenencia de la tierra en la cual vive;

En vista de que cada persona tiene el derecho a vivir se deduce necesariamente que cada persona tiene igual derecho al uso de la tierra, pues sólo por medio de ella se puede mantener la vida;

La apropiación de la renta o valor de la tierra constituye una violación de esos iguales derechos, y sus consecuencias son: quienes tienen el privilegio obtienen un precio de monopolio por el acceso a la tierra, se priva a la comunidad de su ingreso natural, la tributación recae sobre el comercio y la industria, la producción es hostigada y detenida, y las crisis económicas inevitablemente ocurren;

Mientras más completamente monopolizada esté la tierra, mayor es la inseguridad de empleo, y más cerca están los salarios del mero nivel de subsistencia. Esto es cierto para todos los países, no importa como difieren en su forma de gobierno, en la naturaleza o desarrollo de sus industrias, en su política sobre tarifas aduaneras, sistemas monetarios, deuda pública interna o externa, y en cualquier otra manera.

 

Por lo tanto proponemos:

Que se asegure el derecho igual a la tierra al requerir de todos los poseedores de tierra un pago anual a la sociedad que se aproxime al valor total de la renta de la tierra poseída, ya sea que esté o no en uso, y excluyendo el valor de las mejoras sobre ella; y que tal pago, a todos los niveles de gobierno, esté basado en un avalúo que indique el verdadero valor de la renta de la tierra, avalúo que debe hacerse público y ser actualizado por medio de revisión periódica;

Que se entiende que tal pago es el ingreso público justo y suficiente para todos los niveles de gobierno;

Que los tributos sobre ingresos y consumo, impuestos sobre mejoras, tarifas aduaneras, controles del intercambio y otras cargas y barreras que restringen la producción y obstruyen el libre movimiento de hombres y mercancías sean abolidas al mismo tiempo;

 

Y sostenemos:

Que la recaudación del valor anual de la tierra y la abolición de impuestos que son represivos a la industria y al comercio permitirá al productor el disponer del fruto entero de su trabajo, elimina las ganancias por la no utilización de la tierra, pone fin al monopolio de la tierra, y, al liberar los canales del comercio, remueven las principales causas de la rivalidad internacional;

Con el amplio campo para las empresas así abierto, sin límites excepto por regulaciones para proteger la vida humana, la salud y el ambiente, desaparecería la pobreza involuntaria; la “super-producción” sería inconcebible hasta que todas la necesidades humanas estuvieran satisfechas; las invenciones economizadoras de trabajo se tornarían en una bendición para todos; y habría tal producción y distribución de riqueza que capacitaría a todos alcanzar la comodidad y descanso, y participar en las ventajas de una civilización progresista.

 

Reprobamos, como violación de las libertades personales y amenaza al bienestar general, todos los proyectos – excepto las reglamentaciones para proteger las vidas de los ciudadanos, la salud y el ambiente – que implican reglamentación del individuo por el Estado; que invocan los poderes arbitrarios del gobierno para controlar o prohibir el comercio de importación y exportación; que profesan la necesidad de mantener tarifas en un país porque existen en otros; que implican la retención y el mero manejo de monopolios en lugar de su abolición; que usan los ingresos de los impuestos y de los préstamos o la manipulación de la moneda para poner mercancías en el mercado a precios ficticios; o que favorecen presupuestos desequilibrados y la expansión de la deuda pública con el pretexto de que el desarrollo del poder de compra por estos métodos tendrá efectos sociales beneficiosos.

 

DERECHOS INDIVIDUALES Y COMUNES EN TIERRA

 

La tierra es la herencia común de toda la población y todos tienen derechos naturales e iguales en tierra.

 

Sometidos siempre a estos derechos naturales e iguales en tierra y a su propiedad común, hay ciertos derechos específicos que el individuo puede y debe disfrutar.

 

Estos derechos propiamente disfrutados por los individuos son:

1) El derecho a asegurar la ocupación exclusiva de tierra.

2) El derecho al uso exclusivo de la tierra ocupada.

3) El derecho a la libre transferencia de la tierra de acuerdo a las leyes del país.

4) El derecho a transmitir la tierra por herencia.

 

Estos derechos no incluyen ningún derecho a:

1) El uso de la tierra de una manera contraria al bien común, esto es, de una manera que destruya o desmejore la herencia común.

2) Apropiarse de lo que los economistas definen como Renta Económica de la Tierra.

 

La Renta Económica de la Tierra es el valor anual sólo de la tierra, aparte de cualquier mejora en ella lograda por el trabajo. Este valor es creado por la existencia y el funcionamiento de toda la comunidad donde el individuo vive, y en justicia es propiedad de la comunidad. El permitir que este valor sea apropiado por individuos permite que la tierra sea usada no sólo para la producción de bienes y servicios, sino también como un instrumento de opresión que conduce a las más graves consecuencias sociales que son evidentes en todas partes.

 

Toda  persona tiene derecho natural e igual a la tierra. Esos derechos pueden ejercerse de dos maneras:

1) Manteniendo la tierra individualmente y/o

2) Compartiendo en el uso común de la renta económica de la tierra.

 

Esta renta económica creada por la comunidad (el valor anual de la tierra) puede recaudarse para el uso de la comunidad por medio de la misma maquinaria que ahora se usa para el recaudo de impuestos. Esto es lo que queremos significar por la política del Impuesto al Valor de la Tierra. Si este valor de la tierra creado por la comunidad fuera recaudado para la comunidad, la tributación que ahora penaliza a la industria, a la economía y a las empresas y ahoga la producción podría abolirse para beneficio de todos.

Aseguramos que el ejercicio de ambos derechos común e individual es esencial a una sociedad basada en la justicia. Pero los derechos de los individuos en recursos naturales están limitados por los justos derechos de la comunidad. Quienes comienzan por negar la existencia de los derechos comunes a la tierra terminan creando una condición en la sociedad donde el ejercicio de los derechos individuales se hace imposible para la gran mayoría de la población.

 

Declaramos que LA TIERRA NOS POERTENECE A TODOS.

 

+++++++++++

 

 

International Union for Land Value Taxation and Free Trade

(International Georgist Union)

5 St. Oswald’s Studios

82 Sedlescombe Road

Londres SW6  1RH

Reino Unido

 

Tel. +44 20 7386 5277  - E-mail: office@theIU.org

Website : www.theIU.org